Sullana, una de las provincias más importantes de la región Piura debido a la economía que se dinamiza a través de la agricultura, el comercio, la construcción y otras actividades económicas; es víctima mortal del crimen organizado que día a día cobra una nueva víctima entre asesinatos a sangre fría, asaltos y extorsiones.
En una provincia con 353 166 habitantes, más de un sullanero ha sido víctima de la delincuencia en cualquiera de sus modalidades; sin embargo, en estos últimos tres años han cobrado fuerza el sicariato y la extorsión, delitos que van de la mano y que aquejan a toda la población de La Perla del Chira.
OBRAS Y SANGRE
El baño de sangre comenzaría desde el año 2021, donde obreros de construcción civil, integrantes de gremios y dirigentes fueron víctimas de bandas que buscaban hacerse con el control de las grandes obras que se realizaban en la provincia.
En ese año dos bandas criminales cobraron notoriedad, la de “Los Bolongos” y “Los Augustos”, a quienes se les sindica de estar detrás de las muertes, aunque nada confirmado al 100 %. Estas bandas se encargarían de reclutar a menores entre sus filas (adolescentes de 14 a 17 años) a quienes comenzaron a adoctrinar sin importar las funciones que debían de cometer. Ahora no solo mataban, también extorsionaban y muchos de ellos eran quienes llevaban los sobres con balas, cartuchos de dinamita para dejarlos en las puertas de los negocios o viviendas de sus víctimas.
“Hace varios años ya se avizoraba lo que hoy tenemos, se habló se dijo que bandas criminales de otras partes del país estaban llegando para tener el control de las obras aquí en Sullana. No se hizo nada, ninguna autoridad quiso escuchar lo que ya decían los informes policiales” señala una fuente policial que laboró en la oficina de Inteligencia de Sullana.
MIGRANTES
Tras la pandemia, las fronteras se reabrieron y con ello la llegada de extranjeros muchos que venían huyendo de sus países por cometer hechos delictivos y que encontraron en Sullana y en esta parte del norte el mejor lugar no solo para esconderse sino para seguir cometiendo hechos ilícitos. Así tenemos que comenzó la guerra entre sullaneros injertados con delincuentes de otras partes del país ( Tumbes, Chiclayo, Trujillo) y los extranjeros quienes llegaron hacerse los dueños de todos los negocios ilícitos ( extorsiones, chalequeos en obras, control de éstas y de la droga que se abastece y se vende en la provincia).