Las autoridades peruanas han desmantelado una presunta mafia de tráfico de bebés en la ciudad de Cusco, tras descubrir que al menos 20 recién nacidos habrían sido vendidos en lo que parece ser una red de trata de personas.
La investigación, que aún está en curso, ha sacado a la luz conversaciones de WhatsApp que sugieren un comercio cruel y despiadado con recién nacidos.
La historia se desarrolló en el centro de salud de Manco Cápac, en el distrito de Santiago, donde una obstetra llamada Victoria Escalante Quispe se convirtió en la heroína involuntaria al detectar irregularidades en la atención a una madre y su recién nacido.
Victoria notó que la supuesta madre y su acompañante, quien se hacía pasar por su hermana, se mostraban nerviosas ante las preguntas del personal médico. Esta inquietud llevó a una llamada oportuna a las autoridades, que finalmente reveló un inquietante escenario.
La supuesta madre accedió a someterse a una evaluación, durante la cual se descubrió que no era la progenitora del bebé. Ante esta revelación, la mujer afirmó que estaba ayudando a una «familia buena» y que el niño iría a un «buen hogar».