Bill Gates, se convertirá un abuelo a sus 67 años y con ese pretexto ha decidido mirar desde una nueva perspectiva, trabajar por «el futuro que se merecen nuestros nietos».
El fundador de Microsoft, nos da como resultado un puñado de pronósticos sobre el mundo que se nos está viniendo encima.
«Se avecinan 5 años difíciles». A corto plazo, la guerra en Ucrania, la crisis energética, las secuelas de la pandemia del coronavirus y el colapso del nuevo «boom» epidémico en China. Esto afecta directamente los objetivos de esta fundación, porque todos estas crisis serán difíciles de tratar en países industrializados, siendo muy comunes en países más pobres, siendo una amenaza en el desarrollo de los esfuerzos internacionales.
La lucha contra la polio fue el impacto que remarcó mundialmente. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), se registraron solo seis casos de polio en el 2021. En cambio en el año 2022, aumentaron a 30. No podemos minimizar este detalle ya que es el esfuerzo mas serio y sostenido para acabar con esta enfermedad actualmente.
El mejor ejemplo, pero no el único.
Uno de los temas en los que Gates se encuentra muy implicado es en temas medioambientales, priorizando el cambio climático, en el mejoramiento de las construcciones. Pedirle a más de la mitad del mundo que gaste menos energía, que es una quimera. Sobre todo, a un mundo que está sufriendo olas de calor (y frío) históricas. El problema es que construir mejor va a ser más difícil (y, en la medida en que los edificios duran mucho tiempo, va a suponer problemas a largo plazo).
Adicional a la construcción, considerar el enlentecimiento en la introducción de nuevas tecnologías en medicina y la educación. Gates cita, por ejemplo, la llegada de la inteligencia artificial en las ecografías (y, en general, en todas las técnicas diagnósticas operador-dependientes) y el desarrollo de nuevas terapias génicas. Y así existen incontables ejemplos. El resumen de Gates es poderoso: vivimos a las puertas de varias revoluciones incipientes, pero su desarrollo es tan incipiente que puede quebrarse en cualquier momento, expresa.
Cómo afrontar estos cambios?
Otro tema de interés al leer el texto de Gates, es su propuesta sobre cómo podemos (a nivel individual) navegar en estos mares turbulentos. Su recomendación no es nueva y siempre llama la atención porque el mismo Gates dejó la Universidad antes de atacarla, pero en este caso la repite: la mejor inversión que podemos hacer es en formación y educación.
Esto conlleva consecuencias personales, a mayor formación más ingresos, mejorar la calidad de vida, mejores perspectivas sociales y culturales. Pero también comunitarias y sociales. En plena crisis financiera internacional, podrán faltar muchas cosas y eso puede frenar muchos proyectos. Pero la verdadera contribución «serán aquellos equipos de expertos que desarrollarán estrategias, alianzas e innovaciones» en tiempos venideros.