El jefe del Ejército de Indonesia, Andika Perkasa, ha anunciado el último miércoles el fin de las pruebas de virginidad a las mujeres que entran en sus filas, días después de adelantar que se acabaría con esta práctica, consistente en un examen con varios dedos para comprobar si el himen estaba intacto.
La práctica que existe desde 1965 se trataba de «exámenes ginecológicos» y a ellos debían someterse las nuevas reclutas del ejército indonesio, como se someterían a un examen de la vista.
Pero detrás de esa expresión se intentaba controlar la virginidad de las mujeres. La sociedad indonesia ha criticado de manera cada vez más frecuente este trato.
«Intentar averiguar si una mujer es virgen mediante lo que se llamaron vulgarmente la ‘prueba de los dos dedos’ es pura superstición», apunta Andreas Harsono, director de la ONG Human Rights Watch en Indonesia.
Sin embargo, vincular el himen de la mujer con su falta de vida sexual sigue siendo muy frecuente, por ejemplo, en el lenguaje. «En Indonesia, el himen se llama ‘selaput dara’, que significa literalmente membrana virginal», explica Harsono, quien lleva siete años trabajando en el asunto.
La “teoría del reloj”
También comenzaron a difundirse otros mitos médicos como la «teoría del reloj», que fue mencionada incluso por el jefe de las fuerzas armadas y por medios de comunicación.
Según él, si se constata que un himen está desgarrado justo en el punto preciso donde la manecilla de un reloj imaginario indicaría las siete, significa que la mujer es sexualmente activa.
Si, por el contrario, el himen se rompe entre las 11 y las 1, quiere decir que el desgarro fue accidental.
En los últimos años, los esfuerzos de ONGs y de la Comisión Nacional contra la Violencia hacia las Mujeres han llevado a un cambio en las mentalidades. En 2015, por ejemplo, fue el cuerpo de policía el primero en anunciar el fin de las «pruebas de virginidad».
Hijas y esposas de soldados
En esta larga batalla, hijas de militares criticaron la práctica en Instagram. Hubo incluso una petición al presidente Joko Widodo para que acabe con ella. Algunos médicos militares se rehusaban a realizar las pruebas.
Después de una larga lucha, abandonar la práctica ha resultado un gran alivio para muchas mujeres. Queda por verse cómo este anuncio permitirá al ejército reclutar a más mujeres.
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