La pérdida de $3,500 millones en el agro desde 2020 preocupa al exministro de Economía, Ismael Benavides. Según explicó, desde que se derogó la Ley de Promoción
Agraria, muchas inversiones se detuvieron. Los empresarios del campo se fueron a otros países como Ecuador, Colombia y México, donde hoy encuentran mejores condiciones para trabajar.
¿Qué impacto tuvo esta situación en los pequeños agricultores?
Benavides señala que, sin esa ley, muchas empresas dejaron de invertir en proyectos clave como irrigación, innovación agrícola y apoyo a los pequeños productores. Esto ha frenado el crecimiento del sector. Por ejemplo, hoy aún se exporta uva con pepa, cuando los mercados internacionales piden uva sin pepa. Además, se necesitan más cadenas de frío, nuevas variedades de arándanos y mejor infraestructura.
¿Por qué es urgente una nueva Ley Agraria?
El exministro insiste en que Perú está perdiendo competitividad frente a países como México o Chile. Ellos pueden llevar su producción a Estados Unidos por mucho menos costo. En cambio, a Perú le cuesta hasta 8 mil dólares por contenedor. «Sin reglas claras, nadie querrá invertir», advierte Benavides.
Además, explica que la agricultura es muy distinta a otros sectores. Es riesgosa, depende del clima y de los precios del mercado. Requiere innovación constante. Por eso, pide al Congreso que apruebe pronto una nueva ley que devuelva los incentivos y así atraer nuevamente la inversión al campo.
¿A quién beneficia una nueva Ley Agraria?
Benavides aclara que no es una ley para grandes empresas. Es una ley para todos los que trabajan en el agro. Hoy, muchas de las paltas que se exportan vienen de pequeños agricultores que dependen del apoyo técnico y logístico de empresas mayores. «El Congreso debe entender que, sin inversión, no hay futuro para el campo peruano», concluye.