El trabajo, reuniones, niños, compromisos… La vida ajetreada que llevamos a diario hace que, en ocasiones, descuidemos nuestra relación de pareja sin saberlo. El estrés que produce este ajetreo incesante afecta negativamente a las relaciones sexuales.
Un reciente estudio sobre el sexo y estrés realizado por el Centro Nascia a mil parejas en España reveló que el 70 por ciento de las relaciones sexuales bajo los efectos del estrés “son poco o nada satisfactorias”.
Este estrés, afirma Raquel San Martín, directora del centro especializado en el tratamiento del estrés y la ansiedad en Pozuelo, Madrid, “se refleja a nivel físico, psicológico y fisiológico”.
A nivel físico, los dolores de cabeza (40 por ciento de los consultados), el cansancio generalizado (80 por ciento) y la tensión muscular (50 por ciento) “influyen en el descenso de la libido”.
Pero no sólo eso. El estrés también puede producir insuficiencia de erección, ausencia de secreción vaginal e, incluso, eyaculación precoz.
Esto ocurre porque, «desde el punto de vista fisiológico, se produce un descenso en los niveles de andrógenos y estrógenos cuando se está bajo los efectos del estrés”, detalla San Martín. De hecho, la impotencia «es una de las consecuencias relacionadas con los cuadros de estrés».
Por otro lado, según la experta, “la falta de concentración y la poca atención en el transcurso de la relación hace que la experiencia sea muy poco satisfactoria”. También el cambio en el carácter, el humor, la irritabilidad y la tensión “son características que acompañan a todo lo anterior».
Aunque no existe un perfil tipo de paciente, San Martín apunta a los “hombres con puestos de responsabilidad profesional medio-alto y con hijos, por la presión que esto supone”.
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