Los niños de una localidad de Japón caminan seguros y resguardados por un gran y peludo cuidador. Se trata de una patrulla de perros denominada «Wan Wan» («Guau guau» en español) dedicada a vigilar el camino de los infantes.
La responsable de la patrulla, Keiko Shimizu, explicó que, como realizan cada día el mismo recorrido, siempre a la misma hora, los miembros de la Patrulla Canina se dan cuenta rápidamente de cualquier cosa anormal.
Un día «un miembro descubrió a una persona mayor que había muerto sola en su casa, al darse cuenta de que la luz siempre estaba encendida» en su domicilio, recuerda Shimizu.
La iniciativa de propietarios de perros del barrio pretende crear más vínculos entre los residentes y darles un sentimiento de seguridad tanto a los niños como a los adultos que tienen de compañía a estos cachorros.
Son 150 miembros de la patrulla local que se distinguen por su pañoleta verde. Hay otras patrullas de este tipo en Japón, pero «Wan Wan» es una de las más antiguas.
Esta acción empezó «únicamente gracias a voluntarios, por lo que los propietarios individuales participan cuando pueden y hacen que sus perros lleven el mismo pañuelo», explica la responsable de la patrulla Keiko Shimizu.
«El hecho de que los vecinos velen por la seguridad de los niños es una gran ayuda», dice el director del colegio elemental local Jun Ameie. «Los padres aprecian que mucha gente del barrio se preocupe (…) sobre todo en estos tiempos en los que se oye hablar mucho de actos criminales con los menores», insiste.
Esto puede hacer que el barrio sea más seguro, señala. La mayoría de los propietarios de los perros son padres de alumnos o antiguos escolares, pero muchos participan en las rondas.
«Esta actividad nos ayuda a conocernos mejor y a convertirnos en buenos vecinos y siento que este lugar permanece más seguro de esta forma», dice Michiko Takeuchi, propietaria de Kojiro -un caniche cruzado de bichón maltés- y madre de una escolar.
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