El conocimiento de un embarazo trae alegría, expectativas y esperanza, y si bien existe la posibilidad de perderlo, ese pensamiento es alejado al instante. Pero sucede, y los abortos espontáneos son más frecuentes de lo quisiéramos creer.
Aquellas mujeres que atraviesan el dolor de perder un bebé pasan por una tormenta. Cuando logran ver con claridad todo lo que les sucedió, lo aceptan y transforman el dolor en crecimiento. Luego reciben la llegada del bebé arcoíris y todo vuelve a ser felicidad.

Se le llama bebé arcoíris al que nace después de la pérdida de un bebé por un aborto espontáneo o muerte fetal. Porque las tormentas no son eternas, y el arcoíris puede aparecer cuando menos se lo espera.
Las historias de madres con niños arcoíris son historias de superación, crecimiento, valentía y un profundo amor. Y de un aceptar todas las emociones, porque también después de que sale el sol pueden haber felicidades agridulces.
Incluir el dolor y disfrutar

La psicóloga perinatal Diana Sánchez dijo en una entrevista a El Mundo que es «ansiedad, estrés y angustia, lo que sienten las familias. […] hay que hacer el duelo para poder afrontar un nuevo comienzo. El duelo llega a su fin cuando integras en tu vida este dolor. La tristeza no desaparece, pero se reanuda la vida».
«Los padres necesitan recoger experiencias para enfrentar la llegada del bebé arcoíris. Convertir el dolor en solidaridad y aliviar a otros», contó Ana en una entrevista a Carolina Dominguez para El Mundo. Ana tuvo cinco hijos, tres de ellos murieron.

La historia de Jessica también es de valentía, lucha y crecimiento. Se enteró de que su bebé no tenía latidos cardíacos con casi 12 semanas de embarazo. Ella y su esposo llevaron a su hijo de un año al ultrasonido.
«Siempre quise ser madre. Siempre pensé que estaba destinada a tener muchos hijos. Sentí que Corbin era solo el comienzo de todos los bebés que recibiríamos en el mundo», dijo Jessica a The Bump.
Luego Jessica se enfrentaría a varias pérdidas dolorosas. Después de mucho tiempo de angustia y tristeza llegó a su vida una hermosa niña que, según cuenta, fue «una guerra desde la concepción».
Abrir el corazón y decirle adiós a la culpa

La culpa es un sentimiento común para los padres que dan la bienvenida a un bebé arcoíris, dijo el Dr. Lorde-Rollins: «Los padres pueden sentir que estar entusiasmados con el nuevo embarazo o amar a este nuevo bebé es una traición al bebé que perdieron».
El bebé arcoíris llega no como un reemplazo, sino como una oportunidad de ver la vida de otra manera. Sanar no significa tapar el dolor. Y el apoyo y la compañía es fundamental para quienes viven estas pérdidas. Estar allí para recordarles la importancia de permitirse atravesar el dolor, aceptarlo y seguir adelante.
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