Austria, Bélgica y Holanda han entrado oficialmente en confinamiento, una radical medida que ha desatado protestas a lo largo del fin de semana, debido a las nuevas restricciones por la COVID-19.
Desde la llegada de vacunas anti-coronavirus y las vacunaciones masivas, ningún país de la Unión Europea se había atrevido a imponer un nuevo confinamiento.
Anteriormente, en Austria tenían prohibido salir de su casa salvo para hacer compras, practicar deporte o recibir atención médica. Además, las autoridades permitían en lo posible practicar el teletrabajo.
Los rubros como comercios, restaurantes, mercados navideños, salas de concierto y peluquerías han cerrado sus puertas desde hoy en Viena (Austria). Sin embargo, las escuelas continúan abiertas con normalidad y las calles de la capital se encuentran más animadas que nunca.
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