La tarjeta de consumo presidencial entregada a Dina Boluarte ha generado fuertes críticas desde el Congreso. Según un reportaje, la jefa de Estado tiene acceso a S/ 5 mil mensuales para cubrir compras personales y de su familia en supermercados, panaderías, restaurantes y otros comercios. Este beneficio, activo desde marzo de 2025, ha despertado dudas sobre su legalidad, su vigencia y el uso ético de los fondos públicos.
¿Cuándo empezó este beneficio?
El reportaje revela que esta tarjeta estuvo vigente hasta 2018, pero fue eliminada cuando Pedro Pablo Kuczynski dejó la presidencia. Las siguientes gestiones no la retomaron, hasta que Boluarte decidió restablecerla.
El contrato aparece en la Adjudicación Simplificada 002-2024 del Despacho Presidencial y fue renovado por S/ 60 mil más este año. El proveedor, Pluxee (antes Sodexo), está obligado por contrato a mantener el secreto sobre los movimientos y detalles de uso.
¿Qué dicen los congresistas?
Varios parlamentarios de distintas bancadas rechazaron el uso de esta tarjeta. Jorge Montoya, de Honor y Democracia, señaló que, aunque el cargo le permite recibir ciertos beneficios, se debe respetar un principio ético:
«¿Hasta qué punto está bien aprovecharse del cargo para obtener ventajas personales?»,
se preguntó.
Por su parte, María Córdova, de Avanza País, fue más directa:
«Ser presidenta no le da derecho a abusar del dinero del Estado»,
afirmó.
El congresista Víctor Flores, de Fuerza Popular, pidió revisar si este beneficio cumple con las normas actuales. Si no es legal, planteó que debe eliminarse o buscarse una alternativa más transparente.
¿Por qué no se conoce el detalle de los gastos?
Ante la presión de la prensa, el Despacho Presidencial negó entregar el desglose de compras realizadas con la tarjeta. Argumentó que revelar esta información pondría en riesgo la seguridad de la presidenta y de su familia.
El ministro de Transportes y Comunicaciones, César Sandoval, defendió el uso de la tarjeta. Dijo que hay temas más urgentes en el país y pidió no desviar la atención.
«No vive de espaldas a la realidad, pero hay que mirar los temas del país»,
señaló.