La región Piura enfrenta una grave crisis hídrica que pone en peligro el acceso al agua potable y las actividades agrícolas. Según el Proyecto Especial Chira Piura, las reservas actuales de agua potable están aseguradas únicamente hasta febrero de 2025.
El reservorio de Poechos, principal fuente de agua, cuenta con 34,6 millones de metros cúbicos, de los cuales 24 millones se destinan al consumo humano, dejando muy poco para el riego agrícola.
Jorge Carranza, del Senamhi, informó que las lluvias ligeras de diciembre fueron insuficientes para revertir el panorama, y se espera que el clima seco continúe hasta fin de año.
¿Cómo afecta la crisis al sector salud?
La escasez de agua impactó directamente a centros de salud como Nueva Esperanza, en el distrito de Veintiséis de Octubre. Este establecimiento, que atiende a más de 30 mil personas, ha tenido que suspender parcialmente sus servicios debido a la falta de acceso continuo al recurso.
Médicos y enfermeras explicaron que, aunque al inicio del día pueden limpiar algunos espacios, con el tiempo la falta de agua impide mantener la higiene básica necesaria para atender a los pacientes de forma segura:
«Una enfermera que está colocando una vacuna no se va a poder lavar las manos. Al inicio podemos limpiar, pero luego ya no podemos mantener la bioseguridad para dar una atención mínimamente segura», declaró una representante del centro de salud.
¿Es segura el agua que consumen los piuranos?
Además de la escasez, la calidad del agua distribuida también genera preocupación. Un informe de la Contraloría General de la República reveló que el agua proveniente de los pozos gestionados por EPS Grau no cumple con los estándares del Reglamento de Calidad de Agua para Consumo Humano.
El estudio detectó niveles insuficientes de cloro residual, por debajo del mínimo requerido de 0,5 miligramos por litro. Esto expone a la población al riesgo de enfermedades graves como diarrea, cólera y hepatitis, agravando aún más la situación.