Aquilino flores, un adolescente de 12 años proveniente de Huancavelica, llegó a Lima cargando el dolor de haber perdido a su padre y una gran ambición por salir adelante. Inicia su camino vendiendo camisetas en las calles, sin imaginar que estaba iniciando un viaje extraordinario al éxito. Hoy, su empresa
Topitop es el mayor fabricante de ropa en Perú, con una red de tiendas que se extiende por todo el país.
Superación y crecimiento
Criado en una familia humilde en Huancavelica, Aquilino enfrentó grandes desafíos desde pequeño. Tras perder a su padre a los 12 años, tomó la decisión de mudarse a Lima para trabajar y ayudar a su familia. Empezó
lavando autos y vendiendo golosinas, hasta que un cliente le dio la oportunidad de vender camisetas. Aquilino vendió rápidamente esas camisetas, lo que lo motivó a continuar en el negocio.
Fundación de Topitop
Con sus ahorros, Aquilino compró una máquina de coser y formó un pequeño taller en una cochera. Su espíritu emprendedor lo llevó a invitar a sus hermanos a trabajar con él, y juntos crearon su primera empresa, Creaciones Flores. El negocio creció rápidamente, y en 1983 fundaron oficialmente
Topy Top S.A., que luego sería conocido como Topitop
.
Expansión nacional e internacional
En 1986, Aquilino decide abrir la
primera tienda Topy Top en Lima, y luego en otras ciudades como Trujillo, Piura y Arequipa. En 1995, construyó una planta para producir miles de prendas al día, lo que le permitió exportar a mercados internacionales como Argentina, Chile, Paraguay, Brasil Ecuador y Colombia. De forma que, su empresa llegó a abastecer a importantes marcas globales.
Nacimiento del nombre Topitop
En el 2007, la empresa
cambió su nombre a Topitop y se enfocó en expandirse hacia mercados como Alemania y Estados Unidos. Durante la pandemia, cerraron algunos locales en Perú, pero fortalecieron su canal digital, logrando adaptarse a los cambios del mercado.
El poder de la perseverancia
Hoy,
Topitop es una de las marcas más emblemáticas del Perú, con ventas anuales superiores a los 100 millones de dólares y empleando a más de 10,000 personas. La historia de Aquilino Flores representa el esfuerzo y la perseverancia de un emprendedor que, desde su llegada a Lima, con apenas 12 años y sueños enormes, hasta la construcción de un imperio textil, transformó cada reto en una oportunidad. Su vida nos recuerda que con dedicación y visión, no hay meta imposible, sin importar las circunstancias de origen.