La Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT) realizó una importante incautación al confiscar más de 15.2 toneladas de insumos químicos en los distritos de Suyo y Las Lomas, en Piura. Estos materiales podrían haber sido utilizados por el narcotráfico tanto en la producción de drogas como en actividades de minería ilegal.
¿Qué lograron incautar?
Entre los insumos confiscados se encuentran 4.505 kg de cianuro, 5.465 kg de hidróxido de sodio y 5.320 kg de hidróxido de calcio. Estos productos carecían de la documentación requerida para justificar su traslado y almacenamiento. Además, el Ministerio Público ha ordenado la detención de cinco personas en el lugar, debido a su posible complicidad en el manejo de estos insumos no declarados.
El cianuro no registrado es especialmente peligroso, ya que es altamente contaminante y se utiliza en la minería ilegal. Por su parte, los otros insumos químicos podrían servir como materia prima en la elaboración de drogas. Durante la operación, se verificó que tanto los insumos como sus usuarios contaran con la documentación necesaria y estuvieran debidamente registrados.
¿Qué hará la SUNAT al respecto?
La SUNAT implementará medidas de fiscalización para garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias en toda la cadena de proveedores. Esto es crucial, especialmente en actividades relacionadas con la exportación, como el oro.
Cerca de 60 colaboradores de la SUNAT, que incluyen equipos de Lima y Piura, están trabajando en estas acciones de control para asegurar la legalidad en la minería. En septiembre, se realizaron visitas a siete plantas procesadoras en Suyo y Las Lomas, donde se incautaron más de 17 toneladas de hidróxido de calcio, además de otros insumos no registrados.
Combate a la minería ilegal
Desde agosto, la SUNAT ha llevado a cabo siete operativos contra la minería ilegal en varias regiones, incluyendo La Libertad, Nasca, Barranca, Piura y Áncash. Estas intervenciones se han enfocado en plantas que producen oro, cobre y zinc, así como vehículos de transporte en zonas mineras.
Las sustancias incautadas presentan altas concentraciones que alteran el pH del agua, lo que afecta negativamente al ecosistema y a la vida acuática. El hidróxido de sodio, en particular, representa un riesgo ambiental considerable; su contacto con aguas calientes puede causar corrosión, lo que resulta extremadamente dañino para el medio ambiente.