José Vargas (18 años), quien padece de depresión desde la adolescencia, explica que su experiencia en el servicio público fue negativa debido a la falta de organización, la impuntualidad y la ausencia de empatía con el paciente.
La Dirección Regional de Salud (Diresa) de Piura indica que a nivel regional se han atendido 2799 casos de depresión adolescente. De esta cifra, 763 corresponde a varones y 2036, a mujeres. Las provincias más afectadas son Piura (957), Sullana (642), Morropón (254) y Paita (170).
La depresión infantil es otra de las caras del problema. De los 533 casos de niños diagnosticados con depresión, 242 corresponden al sexo masculino y 291, al femenino. Las provincias más vulnerables son Piura (236), Sullana (113), Morropón (37) y Huancabamba (34).
Incomprensión
Hace más de dos décadas se reconoce la existencia de la depresión infantil y adolescente. En esta línea, la decana del Colegio de Psicólogos de Piura, Luz Atoche, advirtió que un episodio de depresión infantil puede comenzar con la ansiedad, acompañado de tristeza y angustia.
Debido a que los niños se encuentran en crecimiento, resulta difícil determinar si están adaptándose a los nuevos cambios de su edad o padecen un episodio depresivo. Sin embargo, en la adolescencia es más identificable por los cambios en el estado de ánimo y comportamiento que se experimenta como sentirse, frecuentemente, malhumorado, triste e incomprendido.
Luz Atoche afirmó que, en ambas etapas, los principales factores influyentes son los problemas familiares, el acoso escolar y el maltrato verbal o físico. De acuerdo con un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el primer año de pandemia, la ansiedad y la depresión aumentaron en un 25 % en el planeta.
Problema
Según el psicólogo Adrián Hervás, la depresión impacta en el aspecto psicológico, social y físico del paciente. En el primer ámbito se manifiesta a través de la tristeza y la falta de motivación e interés en actividades que antes se disfrutaba. Estas dificultades repercuten a nivel social, generando aislamiento. Además, pueden surgir síntomas como trastornos del sueño, ansiedad, inquietud, sentimientos de culpa y problemas de concentración.
La OMS afirmó que la depresión representa un factor de riesgo relevante para el suicidio.
Frente a estos síntomas, es importante que el niño o el adolescente tenga acceso al servicio psiquiátrico y psicológico, para recibir una evaluación y determinar si se trata de esta condición. Cada caso es único y requiere de un tratamiento personalizado.
Esta nota ha sido elaborada por estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura. Colaboraron Ana Culquicondor y Lucía Jiménez (redacción); Rodrigo Montenegro y Miguel Vásquez (investigación) y Carlos Guanilo y María Ruíz (infografía).