El sillón número 18 de la Academia Francesa será, desde hoy, el primero en dar asiento a un autor que siempre escribió en español en la institución fundada en 1635 por el cardenal Richelieu.
A sus 86 años, Mario Vargas Llosa será recibido como uno más entre los «inmortales», los grandes custodios de las letras galas.
El escritor, Nobel de Literatura en 2010, recibió anoche la espada ceremonial que llevará hoy, y que le entregó la «secretaria perpetua» de la institución, la historiadora y politóloga Hélène Carrère d’Encausse, en el puesto desde 1990.
La bienvenida pública al Nobel hispano-peruano tendrá forma de ceremonia solemne en el Anfiteatro del Instituto Francés, en París, ante un reducido número de invitados entre los que se encuentra el rey emérito español Juan Carlos I (que llegará en viaje privado) y su hija la infanta Cristina.
El acto comenzará a las 15.00 horas (14.00 GMT) y algunas de sus pautas se remontan a hace 350 años, dentro de una tradición en la que figuran nombres célebres como Montesquieu (nombrado académico en 1727), Victor Hugo (1841), Louis Pasteur (1881), Alexis de Tocqueville (1841), Jean Cocteau (1955) o Claude Lévi-Strauss (1973).
Se los conoce como «los inmortales» por el lema «À l’immortalité» (A la inmortalidad), que figura en el sello dado a la Academia por el propio Richelieu y que hace referencia a su misión de «portadores de la lengua francesa».